CALIFICACIÓN: 10/10
Marguerite Yourcenar logra transportarnos en el tiempo y sumergirnos de lleno no sólo en la vida del emperador romano, sino también en su mente y en su corazón.
Sinopsis:
Un relato admirable y ya clásico, en la estupenda traducción de Julio Cortázar. Un emperador romano se inclina sobre su pasado: el poder, las conquistas, los turbios episodios palaciegos, las horas de triunfo y de peligro... Adriano cuenta su propia vida y poco a poco el César va dejando asomar al hombre, su atormentada intimidad, su secreto, que habría de fijarse en estatuas, en poemas, en templos. Bajo la forma de una autobiografía imaginaria minuciosamente fundamentada en la realidad histórica, Marguerite Yourcenar reconstruye un tramo espectacular de la historia.
Marguerite Yourcenar logra transportarnos en el tiempo y sumergirnos de lleno no sólo en la vida del emperador romano, sino también en su mente y en su corazón.
Memorias de Adriano es un clásico moderno de la literatura histórica, y una obra excepcional ampliamente reconocida tanto por su belleza narrativa, como por su rigor histórico, basado en una amplia investigación que la autora llevó a cabo durante gran parte de su vida.
Me pareció particularmente interesante la postura de Adriano (y otros líderes de la época), contra el cristianismo, que en ese entonces no era más que una secta que comenzaba a surgir, pero que ya les preocupaba debido a su naturaleza dogmática y cerrada, y el odio y desprecio a otras creencias, algo nuevo hasta entonces, pues las religiones previas eran de naturaleza más libre y tolerante: Ningún pueblo, salvo Israel, tiene la arrogancia de encerrar toda la verdad en los estrechos límites de una sola concepción divina (...); ningún otro dios ha inspirado a sus adoradores el desprecio y el odio hacia los que ruegan en altares diferentes.
El amor de Adriano por Antínoo es muy conmovedor. En especial cuando muere, y el emperador dedica su vida a venerar su recuerdo y elevarlo a nivel de Dios.
Memorias de Adriano es una obra muy recomendable, una manera fascinante de conocer la vida del emperador Adriano, sus pasiones, miedos y sus debilidades, con una prosa por demás bella. Un viaje a la Roma de aquella época, a través de la mirada del tercero de "los cinco emperadores buenos".
Cabe aclarar que no es una lectura ligera, es un libro profundo e intenso, para leer con calma, filosofar y reflexionar, así como para gozar de la prosa poética de Yourcenar.
Frases favoritas:
Esta mañana pensé por primera vez que mi cuerpo, ese compañero fiel, ese amigo más seguro y mejor conocido que mi alma, no es más que un monstruo solapado que acabará por devorar a su amo.
Trajano había llegado a ese momento de la vida, variable para cada hombre, en que el ser humano se abandona a su demonio o a su genio, siguiendo una ley misteriosa que le ordena destruirse o trascenderse.
Sabía que tanto el bien como el mal son cosas rutinarias, que lo temporal se prolonga, que lo exterior se infiltra al interior y que a la larga, la máscara se convierte en rostro.
Casi todos los hombres se parecen a ese esclavo; viven demasiado sometidos, y sus largos períodos de embotamiento se ven interrumpidos por sublevaciones tan brutales como inútiles.
Si había esperado protegerme mediante su sacrificio, debió pensar que yo lo amaba muy poco para no darse cuenta de que el peor de los males era el de perderlo.
No sabía que el dolor contiene extraños laberintos por los cuales no había terminado de andar.
La memoria de la mayoría de los hombres es un cementerio abandonado donde yacen los muertos que aquellos han dejado de honrar y de querer. Todo dolor prolongado es un insulto a ese olvido.
Pero los dioses no se levantan; no se levantan para prevenirnos, ni para protegernos, ni para recompensarnos, ni para castigarnos.
Arrivederci
