sábado, 23 de mayo de 2020

Jane Eyre






CALIFICACIÓN: 9/10
Una apasionante historia de aprendizaje, crecimiento y amor, bellamente escrita, sobre una huérfana que poco a poco encuentra su lugar en el mundo.


Sinopsis: 

Dueña de un singular temperamento desde su complicada infancia de huérfana, primero a cargo de una tía poco cariñosa y después en la escuela Lowood, Jane Eyre logra el puesto de institutriz en Thornfield Hall para educar a la hija de su atrabiliario y peculiar dueño, el señor Rochester. Poco a poco, el amor irá tejiendo su red entre ellos, pero la casa y la vida de Rochester guardan un estremecedor y terrible misterio.

Jane Eyre nos narra en primera persona la vida de una joven mujer que desde muy pequeña enfrenta terribles pérdidas y el desamor de sus familiares. Eventualmente, su soledad y necesidad de afecto  la llevan a una encrucijada cuando su dignidad y valores se contraponen con sus deseos y su anhelo de tener una vida diferente.

Charlotte Brontë tiene la habilidad de mantener al lector enganchado desde el inicio de la historia, a pesar de manejar una estructura cronológica básica, que suele ser un punto en contra en las novelas, pues cuando inician narrando la infancia del protagonista suele ser aburrido. Pero Brontë logra crear empatía de inmediato con su protagonista, y con el la esperanza de que su suerte cambie. Y para cuando por fin llegamos a la etapa de Jane adulta, el ritmo se siente aún más ágil.

El libro me fascinó por completo antes de las últimas 100 páginas. En ese último tramo, la situación con St. John y algunos detalles del desenlace de la novela, no me encantaron.
St. John es un personaje que se vuelve cansino e insoportable, y la debilidad ante él que sufre Jane me resulta inverosímil, considerando el fuerte carácter que la protagonista había mostrado durante toda la historia, incluso ante personas con mucho más poder sobre ella, como el señor Rochester. 

Tampoco me gustó lo que sufrió el señor Rochester, me pareció demasiado cruel, como si la autora quisiera dar algún tipo de "moraleja" castigándolo así por sus actos; un castigo excesivo a mi gusto.

Pero en general, he de decir que de haber imaginado que Jane Eyre me gustaría tanto, la hubiera leído desde hace muchos años. Incluso me atrevo a decir que me gustó más que Cumbres Borrascosas (escrito por su hermana, Emily Brontë), que me encantó.

Frases favoritas:


Solo era capaz de pisar firme en el presente: el resto era una niebla informe, una oquedad profunda, y toda mi inteligencia se estremecía ante la idea de tropezar y hundirse en aquel caos que la rodeaba.

Y de pronto me acordé de lo ancho que era el mundo, y del abanico de esperanzas y miedos, de sensaciones y aventuras que aguardaban a quien tuviera el coraje de lanzarse a su espesura, desafiando peligros, en busca de vida y conocimientos verdaderos.

"Ya que la felicidad me ha sido irrevocablemente negada, ¿ por qué no entregarse al placer? Tengo derecho a exprimírselo a la vida."

"Yo le aseguro que algún día llegará a un desfiladero abrupto donde toda la corriente de su vida se estrellará en remolinos de espuma, confusión y discordancia."

Cuento con un tesoro interior que nació conmigo y que lograría mantenerme viva, aunque todos los deleites del entorno se me hurtaran.

El raciocinio se mantiene firme y sujeta las riendas, y no permitirá que los sentimientos se desboquen para precipitarlo en salvajes despeñaderos. Las pasiones, como auténticas paganas que son, pueden bramar con furia, pero el raciocinio tendrá la última palabra y el voto definitivo en cada dictamen. 

"Hazme feliz, que de tu felicidad me encargo yo."

Me hundí en un cenegal sin fondo, donde no se hacía pie, hasta lo más profundo de las aguas.

No hay despropósito ni estupidez que no sea capaz de cometer un hombre acuciado por la lujuria.


Arrivederci




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