CALIFICACIÓN: 10/10
Enrique Serna logra plasmar los dilemas morales y existenciales de los personajes, a la vez que nos sumerge en el México de los años 70, y nos ofrece una prosa inteligente, atrapante y muy amena.
Sinopsis:
Fruta verde explora
la intimidad de tres personajes atraídos y enfrentados por el vértigo de lo
prohibido: Germán Lugo, un joven aspirante a escritor, resentido por la
traición de una novia ingrata; el dramaturgo homosexual Mauro Llamas, dispuesto
a valerse de todos los ardides lícitos e ilícitos para seducirlo; y Paula
Recillas, la madre de Germán, una ama de casa divorciada, cuyo rigor moral se
tambalea ante las insinuaciones eróticas de un guapo adolescente.
La malicia de Mauro, la ingenua rebeldía de Germán y los
escrúpulos de Paula, quien observa con angustia la telaraña tendida a su hijo,
mientras resiste un asedio igualmente perturbador, se entrelazan en un preciso
mecanismo de relojería literaria, regido por la estética del bolero, que oscila
entre el humor y la elegía, entre la comedia y la evocación nostálgica.
Pocas cosas me resultan más atrapantes en un libro, que cuando el autor tiene un talento realmente destacado en el manejo del lenguaje, dando a la historia las palabas precisas en los momentos indicados.
Además de ello, Fruta Verde es una historia llena de matices, intimista, sobre deseos prohibidos, miedos y sueños.
Mientras Germán vive una historia de autodescubrimiento, Paula se aferra a sus creencias como si fueran su escudo ante los golpes de la vida, y Mauro, en el otro extremo del espectro, vive cada momento al máximo, sin medir las consecuencias.
Este contraste entre tres personajes tan distintos y sus particulares perspectivas del mundo, nos ofrece un mosaico ideal para reflejarnos y cuestionarnos a nosotros mismos. Para reír, para llorar, para aprender.
Fruta verde es una historia que te lleva a reflexionar sobre las cosas que realmente valen la pena, las limitaciones que nos autoimponemos, y la necesidad de aprovechar la vida al máximo, porque el tiempo perdido jamás volverá.
Me recordó mucho a uno de mis libros favoritos del año pasado: La carne de Rosa Montero, aunque este tiene más toques de humor, mientras que La carne es más dramático. Pero ambos son fascinantes y muy recomendables.
Frases favoritas:
La amplitud de miras derivada de la conversación silenciosa con los genios de la palabra,
lo ayudó a superar las borrascas de la adolescencia.
Cuanto más leía, más insondables le parecían los abismos de su ignorancia.
En el amor, las leyes de la atracción pesaban más que los compromisos morales.
Por las mágicas circunstancias de su flechazo había llegado a pensar que ese amor
estaba hecho para resistir mil tormentas.
Después del postre se recostó a fumar un cigarro en el sofá de sus nostalgias.
En algún recodo del futuro, difícil de ver en medio de la bruma,
lo esperaba quizá el aplauso del mundo que hoy le era hostil.
Y si acaso le tocaba salir derrotado, por lo menos no se dejaría vencer de rodillas.
Era estúpido concebir la vida en términos de blanco o negro:
todos éramos víctimas en un momento y verdugos en otro.
Pecar es romántico y elevadamente poético, arrepentirse no.
La libertad, en última instancia, era el derecho inalienable de elegir
el propio despeñadero.
Yo prefiero los riesgos de la libertad a la servidumbre moral.
Su aureola de dignidad era una condena muda y universal
a todos los placeres ilícitos.
En contraste con el ansia de amar que le cortaba el resuello,
su vida anterior le pareció insustancial y hueca:
una sucesión de momentos grises con música ambiental de supermercado.
¿Cómo diablos construir ese paraíso,
si la vileza humana mata en embrión cualquier utopía?
El mundo está lleno de monstruos felices. Cuando el amor llega por caminos prohibidos,
hay que mandar la virtud a la mierda.
Desde jovencita he luchado a brazo partido por tener una conciencia limpia como un espejo.
Y ahora resulta que la receta para ser feliz es meterse de cabeza en el lodo.
Cuánto me gustaría hacer una pira con la honra, el pudor y el decoro,
y bailar como un sátiro alrededor de las llamas.
Arrivederci
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